martes, 20 de agosto de 2024

Fuente: NYT 

Rusia y Corea del Norte firman un pacto de apoyo mutuo ante cualquier ‘agresión’

Motivado por la necesidad de pertrechos para su ofensiva contra Ucrania, Vladimir Putin estrecha lazos con Kim Jong-un. El texto del acuerdo no se hizo público de inmediato.

Kim Jong-un and Vladimir Putin walking on a red carpet with a plane behind them.
Kim Jong-un, líder de Corea del Norte, da la bienvenida al presidente ruso Vladimir Putin a Pionyang a primera hora del miércoles, en una imagen difundida por los medios estatales de Corea del Norte. Credit...Agencia Central de Noticias de Corea, vía Agence France-Presse — Getty Images

Choe Sang-Hun y

Choe Sang-Hun informó desde Seúl y Paul Sonne desde Berlín

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, y el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, revivieron el miércoles un compromiso de defensa mutua de la era de la Guerra Fría, firmando un nuevo acuerdo que obliga a sus naciones a ayudarse mutuamente en caso de registrarse una “agresión” contra cualquiera de los dos países.

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El presidente ruso, en una sesión informativa posterior a la firma del documento por ambos líderes, no aclaró si dicha asistencia requeriría una intervención militar inmediata y en toda regla en caso de ataque, como especificaba el extinto tratado de 1961. Pero afirmó que Rusia “no descarta el desarrollo de cooperación técnico-militar” con Corea del Norte de conformidad con el nuevo acuerdo.

El pacto fue una de las recompensas más visibles que Kim ha obtenido de Moscú a cambio de las decenas de misiles balísticos y más de 11.000 contenedores de municiones que, según Washington, Corea del Norte ha suministrado en los últimos meses para contribuir a la guerra de Putin en Ucrania.

También representó lo más lejos que ha llegado el Kremlin en su apoyo a Corea del Norte, tras años de cooperación con Estados Unidos en las Naciones Unidas para frenar el programa nuclear y de misiles de Pionyang, un cambio que se aceleró tras la invasión de Rusia a Ucrania.

“Se trata de un documento verdaderamente innovador, que refleja el deseo de los dos países de no dormirse en los laureles, sino de elevar nuestras relaciones a un nuevo nivel cualitativo”, añadió Putin. Ni Corea del Norte ni Rusia hicieron público de inmediato el texto del nuevo acuerdo.

Putin denunció a Estados Unidos por ampliar su infraestructura militar en la región y realizar maniobras con Corea del Sur y Japón. Rechazó lo que calificó de intentos de culpar del deterioro de la situación de seguridad a Corea del Norte, que ha realizado seis explosiones nucleares de prueba desde 2006 y ensayado misiles balísticos intercontinentales que podrían alcanzar Estados Unidos.

“Pionyang tiene derecho a tomar medidas razonables para reforzar su propia capacidad de defensa, garantizar la seguridad nacional y proteger la soberanía”, dijo Putin.

Kim calificó el pacto como un “acuerdo de lo más poderoso” y elogió la “extraordinaria previsión” de Putin, “el amigo más querido del pueblo coreano”, según la agencia de noticias estatal rusa RIA Novosti.

Es probable que la promesa de asistencia mutua alarme aun más a Washington y a sus aliados, en particular a Corea del Sur, porque no solo podría suponer un mayor apoyo a la guerra de Rusia en Ucrania, sino que también socava los esfuerzos por frenar el programa nuclear y el de misiles de Corea del Norte.

Las declaraciones de Putin recordaron el tratado de amistad y asistencia mutua de 1961 entre Pionyang y Moscú, bajo el cual ambos países estaban obligados a “prestar inmediatamente asistencia militar y de otro tipo” con todos los medios a su alcance, en caso de que uno de ellos se encontrara en guerra. Ese tratado quedó sin efecto tras la desintegración de la Unión Soviética.

Cuando Moscú y Pionyang firmaron un acuerdo de amistad en 2000, carecía de una cláusula de intervención militar automática y solo preveía el “contacto” mutuo en caso de emergencia de seguridad. No estipulaba intervención militar ni ayuda militar.

Putin es el primer jefe de Estado importante que visita Corea del Norte desde la pandemia, lo que pone de relieve su relevancia para Rusia: es uno de los pocos países afines capaces y dispuestos a suministrar a Moscú las armas convencionales que tanto necesita.

Kim dio al líder ruso una bienvenida de alfombra roja a primera hora del miércoles en Pionyang, la capital del Norte. Su gobierno, escaso de energía, inundó el centro de Pionyang de luces brillantes mientras los dos líderes eran conducidos en el mismo coche —la limusina Aurus de fabricación rusa que Putin regaló al Kim el año pasado— a la casa de huéspedes del Estado.

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In a photograph provided by Russian state media, Vladimir Putin and Kim Jong-un walk down red carpeting in an outdoor square. Scores of children stand nearby, waving. In the background are grandstands filled with people.
Putin caminando con Kim por la Plaza Kim Il-sung en Pionyang el miércoles, en una fotografía proporcionada por los medios de comunicación estatales rusos. Credit...Vladimir Smirnov/Sputnik

A pesar del calor sofocante, grandes multitudes se movilizaron para dar la bienvenida a Putin en la plaza principal de Pionyang el miércoles, con guardias de honor y globos de colores lanzados al aire. La multitud agitó flores de papel y las banderas de las dos naciones a la llegada de Putin.

Al comienzo de las negociaciones, Putin promocionó un nuevo documento de asociación estratégica que ambos líderes habían firmado en la cumbre.

“Apreciamos enormemente su apoyo constante e inquebrantable a la política rusa, incluso en relación con Ucrania, a la luz de nuestra lucha contra la política imperial que Estados Unidos ha seguido durante décadas en relación con la Federación Rusa”, dijo Putin al líder norcoreano.

Putin, quien visitó Corea del Norte por última vez poco después de convertirse en presidente en 2000, destacó los cambios que se han producido en la capital en los últimos años y dijo que la ciudad se había embellecido bajo el liderazgo de Kim. Expresó su esperanza de que la próxima reunión entre ambos líderes tenga lugar en la capital rusa.

En su discurso, Kim subrayó el papel de Rusia en el apoyo a la estabilidad estratégica y el equilibrio en el mundo, según informaron los medios estatales rusos. El líder norcoreano reiteró su apoyo a las operaciones rusas en Ucrania y celebró una nueva era de prosperidad en las relaciones entre Moscú y Pionyang.

Putin tenía previsto el miércoles visitar la única iglesia ortodoxa rusa de Corea del Norte, construida a mediados de la década de 2000.

Putin ha recibido proyectiles de artillería y misiles de Corea del Norte para alimentar su prolongada guerra en Ucrania, según funcionarios estadounidenses y surcoreanos, aunque tanto Rusia como Corea del Norte han negado cualquier transferencia de armas. Por su parte, Kim desea la ayuda rusa para aliviar la escasez de petróleo de su país, mejorar sus sistemas de armamento y socavar los intentos de Washington de estrangular su economía con sanciones internacionales.

El compromiso de asistencia mutua anunciado el miércoles supone una amenaza para el impulso mundial a favor de la no proliferación de armas nucleares. Moscú se unió en su día a Estados Unidos en la imposición de sanciones de Naciones Unidas a países como Corea del Norte e Irán por sus programas nucleares, pero esos días parecen haber quedado atrás.

Michael McFaul, exembajador de EE. UU. en Rusia y director del Instituto Freeman Spogli de Estudios Internacionales de la Universidad de Stanford, dijo refiriéndose a Putin: “No creo que vuelva a firmar algo así”. Y añadió: “Creo que ha decidido que somos el enemigo, que el orden internacional liberal que ancla Estados Unidos se ha terminado, y quiere ver su destrucción”.

Semanas antes del viaje de Putin, Moscú utilizó su derecho de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU para disolver un grupo de expertos que ayudó a aplicar sanciones destinadas a dificultar que Corea del Norte desarrolle su arsenal nuclear.

Mr. Kim and Mr. Putin with aides in the background and their countries’ flag in the foreground.
La alianza entre Kim y Putin, mostrada en una fotografía facilitada por los medios de comunicación estatales rusos el miércoles, ha alarmado a Washington y a sus aliados. Credit...Gavriil Grigorov/Sputnik

En una columna publicada en Rodong Sinmun, el principal periódico estatal del Norte, la víspera de su llegada, Putin denunció la “dictadura neocolonialista mundial” de Estados Unidos y elogió a Kim por resistir “la presión económica, la provocación, el chantaje y las amenazas militares de EE. UU.”

La economía norcoreana está devastada por las sanciones, y Kim quiere sacar provecho de su alianza con Putin. La Agencia Central de Noticias de Corea del Norte calificó el miércoles la profundización de los lazos entre los dos líderes de “motor para acelerar la construcción de un nuevo mundo multipolar”. El Rodong dijo que las dos naciones estaban “en la misma trinchera” en la lucha contra Washington y sus aliados.

La visita de Putin a Corea del Norte “demuestra que nuestra seguridad no es regional. Es global”, declaró el martes en Washington el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en una conferencia de prensa conjunta con el secretario de Estado Antony Blinken.

“Lo que ocurre en Europa es importante para Asia, y lo que ocurre en Asia es importante para nosotros”, afirmó Stoltenberg. “Esto se demuestra claramente en Ucrania, donde Irán, Corea del Norte, China están apuntalando, alimentando la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania”.

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El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, izquierda, con el secretario de Estado Antony Blinken en Washington el martes. Stoltenberg dijo que Corea del Norte estaba “alimentando la guerra de agresión de Rusia” en Ucrania.Credit...Mark Schiefelbein/Associated Press

El ejército de Corea del Norte ha sido ridiculizado durante mucho tiempo por sus tecnologías atrasadas y su vasto arsenal de armamento obsoleto de la era soviética, como proyectiles de artillería. Pero el hecho de que Putin visitara Pionyang por primera vez en 24 años demostró que esas anticuadas municiones se encuentran entre las que Rusia necesita más desesperadamente en su guerra de desgaste en Ucrania

Choe Sang-Hun es el reportero principal The New York Times en Seúl. Cubre noticias de Corea del Norte y del Sur. Más de Choe Sang-Hun

Paul Sonne es un corresponsal internacional que se enfoca en Rusia y las diversas repercusiones de la política interior y exterior del presidente Vladimir Putin, con especial atención a la guerra contra Ucrania. Más de Paul Sonne

lunes, 29 de julio de 2024

Rosas entre el amor y el odio

Rosas entre el amor y el odio


–Entre las tantas cosas que despierta la figura de Rosas, la curiosidad ocupa un lugar de privilegio. Su verdadero nombre, por ejemplo.

Miguel Angel De Marco: –Es una circunstancia de la que se han ocupado algunos historiadores; una anécdota de índole familiar que nos sirve, a lo sumo, para perfilar un carácter bastante fuerte, voluntarioso, que impone su criterio. En este caso del nombre, se trata de un joven que, rechazando una sanción materna, opta por irse de la casa de sus padres con lo puesto, o con menos de lo puesto, y abandonar, además de su casa, su apellido: cambia de Juan Manuel Ortiz de Rozas a Juan Manuel de Rosas. Otra de las cosas que también provocan polémica es, al decir de algunos historiadores antirrositas, la poca participación que tuvo en el proceso de la Independencia; mientras la mayor parte de sus coetáneos participaba en la lucha por la independencia, Rosas se mantuvo completamente ajeno. Los revisionistas dicen que, como era un hombre de orden, estuvo en contra de esa ruptura que para él era antinatural y por eso no participó. Son muchos los puntos en discusión.

Luis Alberto Romero: –Es interesante observar cómo fue construyéndose el personaje Rosas, y cómo llegó a ocupar un lugar central en las discusiones historiográficas y, sobre todo, políticas. En el origen, hay una controversia entre la imagen que el propio Rosas construyó de si mismo, y la construida por los antirrosistas contemporáneos, como Sarmiento o Mármol… »

MADM: –Recordemos que José Mármol había vaticinado: "Ni el polvo de tus huesos la América tendrá"…

LAR: –Resulta interesante, sobre todo, cómo se reformuló su imagen a lo largo del siglo XX, de acuerdo con los cambiantes climas ideológicos. En primer lugar, influyeron las pasiones nacionalistas de pwwrincipios de siglo: desde el 1900, un nuevo nacionalismo busca una esencia nacional indudable, y critica el cosmopolitismo de la nueva sociedad argentina. Allí Rosas, expresión auténtica de lo nuestro, empieza a ser contrapuesto a unas elites cosmopolitas y extraviadas. Simultáneamente influyeron las pasiones democráticas: la democracia de masas tomó desde 1916 un rumbo plebiscitario, en tensión con la institucionalidad republicana; Rosas fue presentado entonces como el antecedente de Yrigoyen primero y de Perón después. Finalmente, operó la pasión religiosa: se afirmó que la Argentina era una nación de raigambre católica, y Rosas, defensor de la fe, fue contrapuesto a los dirigentes que le sucedieron, que pecaban de liberales, masones o simplemente agnósticos. La crisis de 1930 agrega otro componente, con la crítica a la relación con Inglaterra y el tema del imperialismo. Allí Rosas apareció como el campeón de los intereses nacionales contra el imperialismo británico. Son distintas versiones, que gradualmente se van acomodando y terminaron de amoldarse en la década de 1930.

MADM: -Rosas fue un defensor acérrimo de la primacía de Buenos Aires y nunca dudó de su papel directriz en la vida argentina. Defendió los intereses económicos de la provincia y protegió los propios de productor ganadero. En el haber del período se destaca la vigorosa defensa de la soberanía argentina ante la agresión anglo-francesa. Un pequeño país ubicado en el extremo del planeta, no sólo dio batalla a las principales potencias de la tierra, sino que obtuvo el reconocimiento de su soberanía y las honras a su pabellón. Sin embargo, Rosas mantuvo siempre muy buenas relaciones personales con Gran Bretaña, al punto de no haber vacilado, tras su derrota en la batalla de Caseros, en refugiarse en la legación inglesa y exiliarse luego, por largos años, hasta su muerte, en aquel país.

LAR: –Y hay un segundo proceso, cuando un grupo de historiadores lo tomó como emblema para discutir a los historiadores "oficiales", instalados en la Academia Nacional de la Historia, y "revisar" la historia argentina. Se trata de un ejemplo típico no solo ideológico sino, sobre todo, profesional. El revisionismo conjugó la crítica a los historiadores y la crítica a toda la elite dirigente argentina, a la que globalmente llama "liberal". Construyeron un enemigo globalmente llamado "liberal", siempre enfrentado con "el pueblo" o "la nación". Y se propusieron a sí mismos como los voceros o los representantes de ese pueblo.

–¿Fue Rosas lo que el pueblo quiso que fuese, como lo definió Antonio Zinny?

LAR: –Esa es una manera romántica de ver el asunto…

–De algún modo, Ernesto Quesada coincide con Zinny al decir que Rosas hizo de las masas populares su baluarte. Pero el mismo Quesada diría también que la época de Rosas fue la más oscura y compleja de la historia argentina.

LAR: –Mire, todo lo que se dice es muchísimo y es casi imposible de clasificar. Rosas es una figura destacada y cada uno que opina está proyectando en él sus problemas y sus preocupaciones. Cada uno, a lo largo del tiempo, terminó proyectando sobre Rosas sus propios fantasmas.

-¿Ese es el karma de la historia argentina?

LAR: –No, para los historiadores no. Los historiadores ya han superado esa etapa de rosismo y antirrosismo y ahora lo toman como un protagonista más de nuestra historia. Esto tiene más que ver con visiones militantes o politizadas de la historia que tienen necesidad de proyectar, de algún modo, sus conflictos en Rosas.

MADM: –No es casual que Rosas suscite calurosas discusiones entre los argentinos, pues su peculiar modo de ver y gobernar la Argentina de su tiempo fue traído muchas veces a colación a lo largo de nuestra historia como modelo digno de ser imitado o para reprobar los regímenes autoritarios. En el caso de quien rigió el país durante largos años más allá de los límites que le imponían su puesto de gobernador de Buenos Aires y su designación como encargado de las relaciones exteriores, se evidencia esa actitud maniquea, tan común en los argentinos, que impide contemplar a los personajes del pasado desde la óptica de su propio tiempo, en vez de "usarlos" para confrontaciones del presente.

–¿Continúa abierto entre los historiadores el debate sobre Rosas?

MADM: -Mire, yo creo que a lo largo de la historiografía argentina han habido cuestiones que han interesado más que otras. No es que Rosas no interese, sino que el interés de los historiadores discurre hoy por otros caminos. Pero no cabe duda de que Rosas es uno de los personajes que mayor interés ha despertado entre historiadores del país y del extranjero, cualquiera haya sido el enfoque o la intencionalidad empleados. Hace más de treinta años, el destacado historiador Roberto Echepareborda dedicó un volumen que tituló Rosas. Controvertida historiografía, para evaluar primero las distintas corrientes y luego analizar cada etapa significativa de la trayectoria del personaje. En su libro, Echepareborda advertía lo pernicioso del encarnizado debate, y decía que la investigación resultaba parcial, la crítica imperfecta y el juicio apresurado. Y agregaba que en el enfrentamiento se prefería destruir o criticar lo producido por el contendiente y no investigar en los papeles lo que realmente ocurrió.

–Hablando de investigación parcial y apresurada, uno de los biógrafos de Rosas, el inglés John Lynch, dijo que los historiadores "trataron a Rosas en términos de rígidos contrastes, como la personificación del bien y del mal, y el verdadero registro de su gobierno quedó perdido en la mitología".

MADM: –El historiador no es un juez implacable sino un intérprete de lo que fue. No puede partir de conclusiones a priori, ni basarse en los juicios positivos o adversos de los contemporáneos de los sucesos y personajes que estudia. Tampoco puede embanderarse en posturas que procuran acomodar o explicar lo pasado a las circunstancias actuales. Y esto se aplica, ciertamente, cuando se analiza la controvertida figura y el prolongado gobierno de Rosas.

LAR: –En las décadas del 60 y 70, en tiempos de la proscripción del peronismo y de la ola revolucionaria, surge una nueva imagen de Rosas cuando el revisionismo nacionalista se combina con versiones del marxismo. Como dirigente nacional y popular, Rosas habría sido un antecedente de Perón, y por eso destacan en Rosas sus actitudes antiimperialistas, o lo identifican con un capitalismo nacional opuesto al imperialismo. En suma, la figura de Rosas dio para todo. Como le decía antes, cada uno ha proyectado en él su propuesta política o su utopía. Hoy la utopía está en baja, y se escucha más la voz de los historiadores profesionales, más preocupados por entender el pasado que por legitimar un programa político. Se descubre, por ejemplo, que Rivadavia y Rosas coincidieron ampliamente entre 1820 y 1824, cuando Rivadavia fue ministro de un gobierno sostenido por Rosas. Rosas y sus adversarios tenían mucho más en común que de diferente. El Rosas de los historiadores se integra de manera menos conflictiva con su época, y es posible descubrir muchas semejanzas y continuidades con quienes fueron sus encarnizados enemigos políticos. Sobre todo, es un Rosas que puede ser comprendido, y ante quien los adjetivos "bueno" o "malo" aportan poco.

–¿En qué difieren ustedes sobre Rosas?

LAR: –Vea, yo no tengo una opinión categórica sobre Rosas, y estoy dispuesto a escuchar todas las opiniones y aprender. Rosas no me inspira ni amor ni odio, sólo curiosidad.

MADM: –Lo que pasa es que uno no puede involucrarse con los hechos del pasado. No está en condiciones de hacerlo. Puede tener una mayor o menor simpatía hacia determinada actitud de los personajes del pasado. Evidentemente, en términos generales, como ciudadano, soy adverso a los regímenes totalitarios. Pero también digo que ese sentimiento no sería tan fuerte como para cambiar, distorsionar u ocultar una cosa distinta si tuviese una prueba en contrario.

LAR: –Es que cuando las cosas están tan cargadas de interpretaciones, dan ganas de saber qué hay detrás de ellas. Como con Evita, por ejemplo.

–¿Es una asignatura pendiente Rosas para la historia argentina?

MADM: –No me parece. Yo creería que se ha trabajado tanto sobre Rosas… Estaba pensando en el volumen extraordinario de documentos que hay sobre su vida y, sinceramente, creo que es poco lo que puede llegar a investigarse en profundidad acerca de él. No digo que está todo dicho, eso nunca lo podría decir un historiador, pero me parece que está suficientemente conocida. Tal vez habría que tratar de llegar a una nueva síntesis o explicación…

–¿Qué parte de su historia habría que revisar?

LAR: –Es que la historia es una permanente revisión. Esa es la virtud del oficio. Fíjese que lo que está apareciendo ahora como tema es el de las mujeres de Rosas.

–¿Cómo lo imagina a Rosas, hoy?

MADM: –Es muy difícil imaginárselo. Se encontraría perplejo, tal vez. Rosas y su sistema rigieron en una Argentina absolutamente distinta a la actual. Y toda comparación resultaría tan errónea como aventurada.

–Si fuese posible, ¿qué le preguntarían?

LAR: –Yo le preguntaría qué opinión tiene de la imagen que tenemos de él.

MADM: –Lo que pasa es que a Rosas le importaba muy poco lo que se opinaba de él. Era un personaje muy singular, que vivió en una época muy singular.

Para saber más
www.an-historia.org.ar

https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/rosas-entre-el-amor-y-el-odio-nid724897/ 

lunes, 23 de mayo de 2022

Putin

Esta es la guerra de Putin, pero Estados Unidos y la OTAN no son enteramente inocentes

En la crisis tiene también responsabilidad la irreflexiva decisión de Washington en la década de 1990 de expandir la OTAN después de caída de la Unión Soviética.

22 de febrero de 2022

Thomas L. Friedman

The New York Times

NUEVA YORK.- Cuando se desata un conflicto grave como el de Ucrania, los periodistas siempre nos preguntamos: “¿Dónde me estaciono para observar?” ¿Hoy por hoy sería en Kiev? ¿En Moscú? ¿En Múnich, en Washington? En este caso, mi opinión es que en ninguno de esos lugares. El único lugar desde el que se podría entender esta guerra es desde adentro de la cabeza de Vladimir Putin. El actual presidente es el líder ruso más poderoso y con menos frenos desde el camarada Stalin, y el momento en que decide lanzar esta guerra responde a sus ambiciones, su estrategia y sus rencores.

Dicho lo cual, sin embargo, Estados Unidos no es enteramente inocente de haber echado leña a esa hoguera.

¿Por qué? Putin considera que la aspiración de Ucrania de abandonar la esfera de influencia rusa implica tanto una pérdida estratégica como una humillación nacional y personal. En su discurso del lunes, Putin dijo literalmente que Ucrania no tiene derecho a reclamar independencia, porque es parte integral de Rusia y su pueblo “está conectado con nosotros por vínculos de familia y de sangre”. Es por eso que la embestida de Putin contra el gobierno libremente elegido de Ucrania se parece tanto al equivalente político de un “crimen de honor”.

Putin básicamente les está diciendo a los ucranianos -donde son más los que quieren unirse a la Unión Europea (UE) que a la OTAN-: “Se enamoraron de la persona equivocada. No te vas a escapar ni con la OTAN ni con la UE. Y si tengo que matar de un garrotazo a tu gobierno y arrastrarte de los pelos de vuelta a casa, lo voy a hacer.”

Primitivo, visceral. Pero la historia tiene un lado B que es relevante. Porque el apego de Putin con Ucrania no es solo mística nacionalista. En mi opinión, ese fuego se alimenta de dos grandes troncos. El primero fue la irreflexiva decisión de Estados Unidos en la década de 1990 de expandir la OTAN después de -o más bien, a pesar de- la caída de la Unión Soviética.

El segundo leño que alimenta esas llamas es aún más grande y responde a la cínica explotación que está haciendo Putin del acercamiento de la OTAN a las fronteras de Rusia para sumar apoyo interno en su país y desviar la atención de su rotundo fracaso de liderazgo. Putin ha fracasado estrepitosamente a la hora de hacer de Rusia un modelo económico que sea atractivo para sus vecinos, en vez de generarles rechazo, y de inspirar a los rusos más talentosos a querer quedarse en el país, y no a hacer fila frente a las embajadas de Occidente para obtener su visa.

Analicemos entonces esas dos fuentes del conflicto. La mayoría de los norteamericanos sabe poco y nada de la expansión de la OTAN entre fines de la década de 1990 y principios de 2000 hacia países de Europa Central y Oriental como Polonia, Hungría, República Checa, Letonia, Lituania y Estonia, todos anteriormente parte de la Unión Soviética o de su esfera de influencia. No era ni es ningún misterio por qué esas naciones podían querer sumarse a una alianza que obligaba a Estados Unidos a salir en su defensa en caso de un ataque de Rusia, sucesora remanente de la Unión Soviética.

El gran misterio

El gran misterio era por qué Estados Unidos -que durante toda la Guerra Fría soñaba con una Rusia democrática y con un líder que, aunque con altibajos, llevara a Rusia a integrase con Occidente- quería llevar tan rápido a la OTAN hasta las puertas de Rusia y refregárselo en sus narices en su momento de mayor debilidad.

En aquel entonces, un pequeño grupo de funcionarios y analistas políticos nos opusimos, yo incluido, y planteamos esa misma pregunta, pero nos acallaron.

La única voz importante del gobierno de Clinton que se hacía la misma pregunta era nada más ni nada menos que el secretario de defensa, Bill Perry. Al recordar aquel momento años después, en 2016, Perry dijo en una conferencia organizada por el diario The Guardian:

“En los últimos pocos años, gran parte de la culpa puede adjudicarse a las acciones de Putin. Pero debo decir que Estados Unidos tiene gran parte de la culpa de los primeros años. La primera acción que nos apartó del camino correcto fue expandir la OTAN para incluir a los países de Europa del Este, varios fronterizos con Rusia.”

“En aquel momento estábamos trabajado bien y muy estrechamente con Rusia y ellos empezaban a entender que la OTAN podía ser una amiga más que una adversaria”, continuó Perry. “Pero no les gustó nada tener de pronto a la OTAN en el umbral y reclamaron enérgicamente que no siguiéramos adelante con eso.”

El 2 de mayo de 1998, inmediatamente después de que el Senado norteamericano ratificara la expansión de la OTAN, llamé personalmente a George Kennan, arquitecto de la exitosa estrategia norteamericana de contención de la Unión Soviética. Como había ingresado en el Departamento de Estado en 1926 y había sido embajador de Estados Unidos en Moscú en 1952, Kennan era indiscutidamente el mayor experto norteamericano en cuestiones rusas. Aunque ya tenía 94 años y se le quebraba la voz, Kennan conservaba la agudeza mental y lo demostró en su respuesta sobre la expansión de la OTAN. Esto me respondió textualmente Kennan en 1998:

“Pienso que es el inicio de una nueva Guerra Fría. Creo que los rusos reaccionarán de a poco pero con creciente hostilidad, y que esto afectará su política. Creo que la ampliación de la OTAN es un error trágico. No había la menor razón para hacerlo. Ya nadie era amenaza para nadie. Esta expansión haría que los padres fundadores de este país se revuelquen en sus tumbas.”

“Nos hemos comprometido a proteger a un montón de países sin tener ni los recursos ni la intención de hacerlo seriamente. La expansión de la OTAN la decidió muy alegremente el Senado, que no tiene el menor interés en la política exterior. Lo que más me molestó fue la superficialidad del debate y lo mal informados que estaban los senadores. Me indignó que se hablara de Rusia como un país que se moría de ganas de invadir Europa Occidental.”

“¿No entiende esta gente? Nuestras diferencias en la Guerra Fría eran con el régimen comunista soviético. Y ahora le estamos dando la espalda a las mismas personas que organizaron la mayor revolución sin sangre de la historia para derrocar precisamente al régimen soviético. Para colmo, en Rusia la democracia está tan avanzada, o incluso más, que en cualquiera de esos países que nos hemos comprometido a defender, justamente, de Rusia. No cabe duda de que Rusia va a reaccionar mal, y después los expansionistas saldrán a decir que los rusos son así, que ellos ya lo sabían, pero es todo una equivocación.”

Es EXACTAMENTE lo que sucedió.

Por supuesto que no había garantías de que Rusia evolucionaría hacia un sistema liberal, como lo hicieron Alemania y Japón después de la Segunda Guerra Mundial. De hecho, dada la escasa experiencia democrática de Rusia, la posibilidad era remota. Pero ya entonces algunos pensábamos que valía la pena intentarlo, porque incluso una Rusia “apenas democrática” -incluida, en vez de excluida, del nuevo orden de seguridad europeo- habría tenido mucho menos interés o incentivo para amenazar a sus vecinos.

Ante una humillación, los países y sus líderes suelen reaccionar de dos maneras posibles: la agresión o el ensimismamiento. Después de vivir lo que consideró su “siglo de humillación” por parte de Occidente, China reaccionó bajo el mando de Deng Xiaoping con esta respuesta: “Ya vas a ver. Te voy a ganar en tu propio juego”.

Cuando Putin se sintió humillado por Occidente tras el colapso de la Unión Soviética y la expansión de la OTAN, respondió: “Ya vas a ver. Voy a demoler Ucrania”.

Ya sé que todo es mucho más complicado que eso, pero mi punto es el siguiente: esta guerra es de Putin, y Putin es malo tanto para Rusia como para los vecinos de Rusia. Pero Estados Unidos y la OTAN no son meros espectadores inocentes de su evolución como líder.

domingo, 3 de abril de 2022

Twitter bloqueó a Trump: así se tomó la decisión

 

Fuente: https://www.nytimes.com/es/2021/01/18/espanol/twitter-bloqueo-censura-trump.html

 Jack Dorsey, el director ejecutivo de la red social, tenía reservas sobre el bloqueo de la cuenta del presidente de Estados Unidos. Pero los llamados a la violencia que sus tuits provocaban eran demasiado abrumadores.

SAN FRANCISCO — Jack Dorsey, el director ejecutivo de Twitter, estaba trabajando a distancia en una isla privada en la Polinesia Francesa frecuentada por celebridades que intentan escapar de los paparazzi cuando una llamada telefónica lo interrumpió. Era el 6 de enero.

Del otro lado de la línea estaba Vijaya Gadde, la abogada principal y experta en seguridad de Twitter, con una noticia del mundo real. Le dijo que ella y otros ejecutivos de la empresa habían decidido bloquear la cuenta del presidente estadounidense, Donald Trump, de manera temporal, a fin de impedir que publicara declaraciones que provocaran más violencia después de que una turba asaltó el Capitolio de Estados Unidos ese día.

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A Dorsey le preocupó la decisión, según dijeron dos personas enteradas de la llamada. Durante cuatro años, el ejecutivo se había resistido ante las solicitudes de liberales y otras personas de cancelar la cuenta de Trump, con el argumento de que la plataforma era un lugar en el que los líderes mundiales podían expresarse, aunque sus posturas fueran atroces. Sin embargo, le había delegado las decisiones de moderación a Gadde, de 46 años, y solía deferir al criterio de ella y, en este caso, lo hizo de nuevo.

Dorsey, de 44 años, no externó sus dudas en público. Al día siguiente, compartió y le dio me gusta a varios tuits que instaban a la cautela con respecto a un bloqueo permanente de la cuenta de Trump. Después, en el transcurso de las siguientes 36 horas, Twitter pasó de levantar la suspensión de Trump a cerrar su cuenta de manera permanente, con lo que desconectó al presidente de una plataforma que había usado para comunicarse, sin filtro, no solo con sus 88 millones de seguidores, sino con el mundo entero.

La decisión fue un signo de puntuación en la presidencia de Trump que de inmediato atrajo acusaciones de sesgo político y un escrutinio renovado en contra del poder que la industria tecnológica ostenta sobre el discurso público. Entrevistas llevadas a cabo a lo largo de la semana pasada con una docena de informantes que trabajan o trabajaron en Twitter ofrecen claridad respecto al modo en que se tomó esta decisión: un grupo de ejecutivos de confianza de Dorsey impulsaron la medida y vencieron las reservas de su jefe, pero solo después de que se desató una conducta violenta y mortal en el Capitolio.

Tras levantar la suspensión al día siguiente, Twitter monitoreó las reacciones a los tuits de Trump en todo el internet y los ejecutivos le informaron a Dorsey que los seguidores de Trump habían aprovechado sus últimos mensajes para atizar más violencia. En una publicación en la red social alternativa Parler, miembros del equipo de seguridad de Twitter vieron que un fanático de Trump instó a grupos paramilitares a impedirle al presidente electo Joe Biden entrar a la Casa Blanca y a que combatieran a cualquiera que intentara detenerlos. El potencial de que hubiera disturbios mucho mayores con consecuencias reales era demasiado alto.

Twitter también enfrentaba la presión de sus empleados, quienes habían hecho llamados durante años para eliminar a Trump del sitio, así como de legisladores, inversionistas de tecnología y otros. No obstante, aunque más de 300 empleados firmaron una carta que afirmaba que la cuenta de Trump debía cerrarse, la decisión de expulsar al presidente de la plataforma se tomó antes de que la carta fuera entregada a los ejecutivos, según afirmaron dos de las personas involucradas.

El miércoles, Dorsey aludió a las tensiones dentro de Twitter. En un hilo de 13 tuits, escribió que no celebraba ni se sentía orgulloso de “tener que inhabilitar la cuenta de @realDonaldTrump” porque “es un fracaso en nuestra misión de promover un diálogo saludable”.

Sin embargo, Dorsey agregó: “Esta fue la decisión correcta para Twitter. Nos enfrentamos a una circunstancia extraordinaria e insostenible que nos obligó a enfocar todas nuestras acciones en la seguridad pública”.

Dorsey, Gadde y la Casa Blanca no respondieron a solicitudes de comentarios.

Desde que se cerró la cuenta de Trump, muchas de las preocupaciones que Dorsey tenía sobre la decisión se han vuelto realidad. Twitter se ha enredado en un debate furioso sobre el poder de las empresas tecnológicas y su falta de responsabilidad.

Legisladores como el representante Devin Nunes, republicano por California, han arremetido contra Twitter, mientras que los capitalistas de riesgo de Silicon Valley, los académicos que estudian la Primera Enmienda y la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles también han criticado a la empresa. Al mismo tiempo, activistas de todo el mundo han acusado a Twitter de utilizar un doble rasero al cortarle el paso a Trump, pero no a los autócratas de otros lugares que utilizan la plataforma para intimidar a sus oponentes.

“Es un ejercicio fenomenal, poder sacar de una plataforma al presidente de Estados Unidos”, dijo Evelyn Douek, profesora de la Escuela de Derecho de Harvard que estudia el discurso en línea. “Debería provocar una reflexión más amplia”.

Trump, quien se unió a Twitter en 2009, fue una fortuna y una maldición para la empresa. Sus tuits le valieron atención a Twitter, que a veces batalló para atraer a nuevos usuarios. Pero sus aseveraciones falsas y amenazas en línea también provocaron que sus críticos dijeran que el sitio le permitía propagar mentiras y propiciar asedio.

En la reunión, llamada “Flock Talk”, algunos empleados dijeron que Twitter fue “cómplice” al darle a Trump un altavoz para mandar mensajes que sonaban normales pero que para sus seguidores tenían un doble sentido, dijeron dos asistentes. Los empleados imploraron a los ejecutivos que hicieran cambios antes de que más gente saliera herida.

Con el tiempo, Twitter se volvió más proactivo en el manejo de contenido político. En octubre de 2019, Dorsey eliminó toda la publicidad política del sitio, pues dijo que le preocupaba que estos anuncios tuvieran “ramificaciones significativas que la estructura democrática de la actualidad quizá no está preparada para enfrentar”.

En un tuit explicando la decisión, Dorsey dijo: “creemos que el alcance de los mensajes políticos debe ganarse, no comprarse”.

Sin embargo, Dorsey, proponente de la libre expresión, se rehusó a eliminar las publicaciones de líderes mundiales porque las consideraba de interés informativo. Después de que Twitter anunció ese año que sería más flexible con los líderes mundiales que rompieran sus reglas, la empresa solo había eliminado sus tuits una vez: en marzo del año pasado, borró mensajes de los presidentes de Brasil y Venezuela que promovían curas falsas para el coronavirus. Dorsey se opuso a la eliminación de esos tuits, según dijo una persona enterada de su razonamiento.

Dorsey abogó por una solución intermedia: añadir etiquetas a los tuits de líderes mundiales que violaran las políticas de Twitter. En mayo, cuando Trump tuiteó información errónea sobre la votación por correo, Dorsey dio la autorización para que Twitter empezara a etiquetar los mensajes del presidente.

Tras las elecciones del 3 de noviembre, Trump anunció en un tuit que le habían robado la victoria. Al cabo de unos cuantos días, Twitter había etiquetado alrededor del 34 por ciento de sus tuits y retuits, según un conteo de The New York Times.

Luego vino el asalto al Capitolio.

El 6 de enero, cuando los miembros del Congreso se reunían para certificar el resultado de las elecciones, los ejecutivos de Twitter celebraban su adquisición de Ueno, una firma de diseño y posicionamiento de marca. Dorsey, quien a menudo se va a retiros, había viajado a la isla del Pacífico Sur, según dijeron las personas con información sobre su ubicación.

Cuando Trump recurrió a Twitter para despotricar en contra del vicepresidente Mike Pence y cuestionar el resultado de las elecciones, la empresa añadió advertencias a sus tuits. Después, mientras se desataba la violencia en el Capitolio, la gente instó a Twitter y a Facebook a que bloquearan a Trump por completo.

Eso causó debates virtuales entre algunos de los ejecutivos de confianza de Dorsey. El grupo incluía a Gadde, una abogada que se unió a Twitter en 2011; Del Harvey, vicepresidenta de Confianza y Seguridad, y Yoel Roth, director de Integridad del sitio. Harvey y Roth habían ayudado a desarrollar las respuestas de la empresa a los mensajes basura, el acoso y la interferencia en elecciones.

Los ejecutivos decidieron suspender la cuenta de Trump ya que sus comentarios parecieron incitar a la turba, según dijeron las personas con conocimiento de las conversaciones. Entonces Gadde llamó a Dorsey, a quien no le agradó la decisión, según relataron.

La cuenta de Trump no se inhabilitó por completo. Si eliminaba varios de los tuits que habían incitado a la turba, habría un periodo de espera de 12 horas. Luego podría volver a hacer publicaciones.

Después de que Twitter bloqueó la cuenta de Trump, Facebook hizo lo mismo. Snapchat, Twitch y otros sitios también impusieron límites a Trump.

Muchos trabajadores no estuvieron de acuerdo, por miedo a pasar la historia con una imagen poco favorecedora. Varios de ellos hicieron referencia a la colaboración de IBM con los nazis, según dijeron empleados actuales y antiguos de Twitter, y comenzaron una petición para eliminar la cuenta de Trump de inmediato.

Ese mismo día, Facebook bloqueó el acceso de Trump al sitio al menos hasta el fin de su mandato. Pero el mandatario regresó a Twitter esa noche con un video que expresaba que habría una transición pacífica del poder.

No obstante, a la mañana siguiente, Trump volvió a las andadas. Publicó un tuit que decía que sus bases tendrían una “VOZ GIGANTE” y que no asistiría a la ceremonia de investidura presidencial el 20 de enero.

El equipo de seguridad de Twitter de inmediato vio que los fanáticos de Trump, quienes habían declarado que el presidente los había abandonado, publicaron intenciones de realizar más disturbios, según dijeron las personas enteradas del asunto. En un mensaje de Parler que revisó el equipo de seguridad, un usuario dijo que cualquiera que se opusiera a los “patriotas estadounidenses” como él debía irse de Washington o arriesgarse a sufrir lesiones físicas durante la ceremonia de investidura presidencial.

El equipo de seguridad empezó a redactar un análisis de los tuits para valorar si justificaban la inhabilitación de la cuenta de Trump, dijeron los informantes.

Ese día, alrededor del mediodía en San Francisco, Dorsey convocó una reunión de empleados. Algunos lo presionaron para que explicara por qué no había cerrado la cuenta de Trump de manera permanente.

Dorsey repitió que Twitter debía ser congruente con sus políticas. Pero afirmó que había trazado una línea que el presidente no podía cruzar, de lo contario perdería los privilegios de su cuenta, según relataron las personas con información del evento.

Después de la reunión, Dorsey y otros ejecutivos coincidieron en que los tuits que Trump había publicado esa mañana —y las respuestas que habían provocado— habían cruzado esa línea, según las personas informadas. La carta de los empleados que solicitaba la eliminación de la cuenta de Trump se entregó más tarde, afirmaron.

En cuestión de horas, la cuenta personal de Trump había desaparecido, solo se veía una etiqueta de “cuenta suspendida”. Intentó publicar desde la cuenta @POTUS, que es la cuenta oficial del presidente de Estados Unidos, y desde otras. Pero en cada ocasión, Twitter frustró sus intentos al eliminar los mensajes.

Algunos empleados de Twitter, temiendo la ira de los partidarios de Trump, ahora han configurado sus cuentas de Twitter en privado y han eliminado las menciones a su empleador de sus biografías en línea, dijeron cuatro personas. A varios ejecutivos se les asignó seguridad personal.

Twitter también ha ampliado su ofensiva contra las cuentas que promueven la violencia. Durante el fin de semana, eliminó más de 70.000 cuentas que impulsaban la teoría de la conspiración de QAnon, que postula que Trump lucha contra una camarilla de pedófilos adoradores de Satanás.

El miércoles, los empleados se reunieron virtualmente para discutir la decisión de vetar a Trump, dijeron dos asistentes. Algunos estaban agradecidos de que Twitter hubiera tomado medidas, mientras que otros estaban ansiosos por dejar atrás la era Trump. Muchos estaban emocionados; algunos lloraban.

Esa tarde, Trump volvió de nuevo a Twitter, esta vez desde la cuenta oficial de @WhiteHouse para compartir un video en el que decía que condenaba la violencia, pero también denunciaba lo que él llamaba restricciones a la libertad de expresión. Twitter permitió que el video permaneciera en línea.

Una hora más tarde, Dorsey tuiteó sobre su incomodidad con la eliminación de las cuentas de Trump. “Sienta un precedente que considero peligroso: el poder que un individuo o una corporación tiene sobre una parte de la conversación pública mundial”, escribió.

Pero concluyó: “Todo lo que aprendamos en este momento mejorará nuestro esfuerzo, y nos empujará a ser lo que somos: una humanidad que trabaja junta”.

Kate Conger es reportera de tecnología en San Francisco. Cubre temas de privacidad, políticas públicas y ambiente laboral. Antes fue reportera sobre ciberseguridad en Gizmodo y en TechCrunch. @kateconger

Mike Isaac es reportero de tecnología y autor de Super Pumped: The Battle for Uber, que ha estado en la lista de los más vendidos del NYT sobre el dramático ascenso y caída de la compañía de transporte de pasajeros. Cubre regularmente Facebook y Silicon Valley, y tiene sede en el buró de San Francisco del Times. @MikeIsaac

martes, 28 de septiembre de 2021

U12 – La Revolución Industrial II.

 


 TRABAJO CON CUADRO HOSBAWM

 


 

1 Observá los cuadros y respondé:

a) ¿Qué sucedió con el número de habitantes y la producción de textiles, hierro y carbón, entre mediados del siglo XVIII y mediados del siglo XIX?

b) La evolución de la producción, ¿te parece lenta o acelerada? Justificá.

c) En uno de los gráficos hay un error. ¿Cuál es?

 

2 Realizá las actividades de la página 158

3 Explicá la diferencia entre las sociedades de socorros mutuos y las asociaciones obreras como el ludismo y el sindicalismo

4 Realizá las actividades de la pagina 161

5 Siguiendo las referencias a las ciudades industriales que hay en el texto, En un papel blanco y con lapiz, realizá un dibujo que represente como te imaginas una ciudad industrial. Puede ser la imagen del frente de un conjunto de viviendas, un a fábrica, un parque, un plano tomado desde arriba, etc.

Por qué el ferrocarril es considerado consecuencia de la revolución induistrial en inglaterra y causa de la revolución industrial en otros paises de europa?