domingo, 31 de mayo de 2015

EEUU pagó 20 millones de dólares en jubilaciones a ex criminales nazis

·       Entre las decádas de los 60 y 70 comenzaron a cobrar las cantidades de la Seguridad Social a pesar de ser sospechosos

·       La legislación permitía que si abandonaban el país antes de ser deportados pudieran seguir disfrutando de los beneficios sociales, que muchos hicieron en Europa

·       Esta semana la agencia federal publicará un informe con los detalles de los cerca de 133 que pudieron cobrar en EEUU 14, 5 mill en total y 5,7 en sus retiros europeos

 

Hasta hace no muchos años, cuando se viajaba a EEUU las azafatas repartían un formulario que había que rellenar con preguntas del tipo ¿Tiene antecedentes penales en su país de residencia? ¿Trafica con drogas o con armas? y ¿Ha pertenecido al partido nazi? Lo último podía ser objeto de un chiste fácil, casi obligado, después de los años transcurridos. Sin embargo, después de haber terminado la Segunda Guerra Mundial, ex criminales nazis entraron en el país. Lo más grave es que muchos de ellos, fundamentalmente en la inmediata posguerra y en los años siguientes fueron capaces de borrar sus huellas y adquirir la nacionalidad estadounidense.
Hace unos meses, una investigación de la agencia Associated Press reveló que los ex criminales nazis huidos de Alemania tras la guerra y que consiguieron la nacionalidad estuvieron cobrando pensiones de jubilación del dinero del contribuyente. Ahora, la agencia federal encargada de la prestación la Social Security Administration, ha reconocido que pagó al menos 20 millones de dólares a 133 supuestos antiguos criminales de guerra, algunas de ellas incluso este mismo año. Esta semana se espera un informe de la agencia que explique más detalles de cuáles fueron las cantidades abonadas y el número exacto de ciudadanos estadounidenses provenientes de la Alemania nazi que los recibieron. Se estima que de los 20 millones, 5, 7 fueron entregados a un total de 36 de los sospechosos antes de ser deportados y el resto, 14,5, a ciudadanos que no lo fueron y que en algunos casos continúan recibiendo dinero.

Vacío legal

Las autoridades estadounidenses se apresuraron entonces -cuando Asociated Press comenzó su investigación- y ahora, en señalar que hasta que no quedara probado por los tribunales de EEUU la pertenencia de los ciudadanos sospechosos, la ley les impedía privarles de dicha prestación. Pero lo que verdaderamente suscitó el escándalo es el vacío legal que permitió que las arcas federales pagaran un retiro a los ex nazis. Es el caso del antiguo guardia de Auschwitz, Jakob Denzinger, que como demostró AP, vivió el sueño americano, primero tras huir de Alemania y asentarse en la ciudad de Akron, Ohio, donde hacia 1980 disponía de un Cadillac Deville, un Lincoln, una casa enfrente de un lago, además de inversiones en compañías petrolíferas e inmobiliarias.
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Cuando su pasado fue descubierto, el Departamento de Justicia de EEUU comenzó el proceso para retirarle la ciudadanía, pero Denzinger salió del país y regresó a Alemania. En virtud de las leyes norteamericanas, al haber abandonado voluntariamente, o antes de ser oficialmente deportado, tenía derecho a seguir cobrando la prestación por la que cotizó durante años, con el resultado de disfrutar de un retiro dorado en el río Draza, Croacia, donde vive placenteramente gracias a la pensión de 1.500 dólares que paga mensualmente la administración de EEUU.

Echarlos a cambio de dinero

El aguijonazo se envenenó con el descubrimiento de la práctica. Incluso la Social Security System insinuó que el dislate se debía a que el Departamento de Justicia, que estaba dispuesto a deshacerse de antiguos criminales de guerra de su país a cualquier precio, sin tener en cuenta en las consecuencias. EEUU libre de nazis aunque les tuvieran que pagar por irse. El estudio que elaboró AP sobre documentos de diferentes archivos de Justicia y Seguridad Social, determinó que al menos desde 1979, 38 de los 66 sospechosos de pertenecer a las filas del Tercer Reich con responsabilidades de diferente grado en los crímenes de guerra pudieron beneficiarse de la medida.
La Oficina de Investigaciones Especiales, fue el departamento encargado en 1979 de investigar posibles ex criminales de guerra que vivieran en EEUU con el objetivo de perseguirlos y deportarlos a los países donde cometieron los crímenes, para poder ser juzgados, una tarea que tuvo su máxima actividad durante la década de los 80, 50 años después de que la guerra hubiera finalizado, lo que ha suscitado la polémica, además, de si la oficina trató de deshacerse de los nazis de EEUU aún a cambio de que siguieran cobrando las prestaciones o incluso como un incentivo para que abandonaran.
Tras el escándalo el Congreso aprobó una norma titulada No Social Segurity for Nazis Acts -Prohibición de prestaciones sociales a criminales nazis- que, sin embargo, no ha despejado la cuestión de cuántos millones y durante cuánto tiempo fueron entregados tanto a los todavía residentes, como a los que fueron forzados a a abandonar el país y que disfrutan de estos beneficios en sus residencias en el extranjero.

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