MI HIJO ESTÁ SIENDO OBSERVADO (TODOS LO ESTAMOS...)
Por Daniel Yukich
Fue algo
llamativo. Estuve buscando información en Internet para irme de vacaciones con
mi familia. Realmente no fui muy preciso en la búsqueda. Fue como cuando
soñamos despiertos. Tuve más imaginación en mi mente que los datos variables
que le fui aportando al buscador. Simplemente hice unas consultas y ahí quedo,
al menos para mí.
Cuando volvía
usar el navegador de Internet la publicidad principal hacia foco en diferentes
destinos turísticos como ofreciéndome concretar mis vacaciones ahí. También
comencé a recibir mails de
agencias de viaje y ofertas de sitios Web de turismo.
Cuando hago una
búsqueda en Google (o en cualquier otro navegador), cuando compro on-line,
cuando escribo o recibo
un mail, cuando ingreso
a mi perfil en Facebook, en general cuando interacciono con Internet pareciera
que alguien está registrando toda mi información, mis gustos, mis preferencias.
Y a partir de esta información almacenada me envían publicidad e información de
tendencias en forma personalizada y también mediante mensajes subliminales.
Información que realmente no he solicitado y que me genera interrogantes sobre
la privacidad en la Web al tiempo de afectar mi experiencia como internauta.
Lo mismo
sucedería si busco una escuela de fútbol para mis hijos o mi esposa quiere
decorar la casa. Las propuestas comenzarían a llegar sin que nosotros lo
hubiéramos solicitado formalmente. Por mail, en Facebook, con publicidad. Las propuestas
apuntan a resolvernos la búsqueda. Y esto sucede rápidamente. Los sitios nos
ayudan, nos dan un servicio como contraprestación de haber obtenido nuestros
datos personales. La idea principal es que apuntan a mejorar nuestra experiencia
en la Red dado que los contenidos se ajustan a la medida de nuestras
necesidades. Lo que sucede realmente es que habiendo obtenido nuestros datos
personales, nuestros gustos y preferencias cuentan con información suficiente
como para ofrecernos productos y servicios que se adaptan a nuestras
necesidades. Al registrarnos, generalmente sin leer los términos y condiciones
de los sitios, estamos avalando que tomen nuestros datos personales y nos
ofrezcan información a nuestra medida.
Cada paso que
damos en la Web, nuestras consultas en un buscador, subir una imagen, ver un
video, interactuar con nuestra información en las redes sociales, robustecer
nuestros perfiles, completar información en Facebook, tener actualizado el
perfile en Linkedin, bajarnos una aplicación al teléfono, el idioma que
hablamos, la información que completamos al suscribirnos en diferentes sitios y
otros, van formando nuestro perfil en la Web.
El hecho de que
nuestra información se esté almacenando y actualizando permanentemente genera
ventajas altamente competitivas para quienes disponen y manipulan esta
información. Cadenas de ventas están cambiando el ofrecimiento de sus
productos utilizando el marketing dirigido. Hoy en día se puede hacer un
análisis segmentado en la web pudiendo determinar patrones de comportamiento en
función a lo que se está escribiendo en las redes sociales. Por si no quedo del
todo claro: existen programas que analizan los mensajes que las personas
escriben y en función a esto describen comportamientos sociales. En general
cuando nos registramos en un sitio estamos aportando información personal que
escribimos según nos solicitan. Pero también aportamos otra información sin
saberlo o en general sin concientizarnos que la estamos aportando. Y tiene que
ver con el modelo de nuestra computadora, programas instalados y versiones,
número de teléfono (si estamos conectados desde un dispositivo móvil),
dirección IP desde donde estamos
conectados e incluso información sobre nuestra ubicación física. Quien no
sabía que esto estaba sucediendo puede sentir que le han robado esta información.
Sin embargo la mayoría de los sitios informan sobre este procedimiento en los
términos y condiciones al momento de solicitarnos los datos para la
registración. Y en general es información que no leemos y simplemente hacemos
clic en donde dice aceptar.
Hay quienes
consideran que pensando contraseñas difíciles de descifrar e imaginar pueden
resguardar su privacidad evitando que su vida digital quede almacenada en bases
de datos. Lamentablemente esto no es así. Por un lado los sitios van almacenando
información personal en sus bases de datos y por otro los buscadores generan
pequeños archivos con nuestras búsquedas en donde va quedando el registro de
todo lo que nos interesa. Y en futuras búsquedas estos archivos sirven para
poder ofrecernos información de nuestro interés y no toda la información
obtenida producto de los ofrecimientos del universo web. Esto implica que los
resultados de nuestras búsquedas son parciales y no totales (al menos los
obtenidos como resultados principales).
La experiencia
de navegar de esta manera infiere en que dos personas que buscan lo mismo
sobre el mismo buscador obtengan resultados diferentes en función a lo que el
motor de búsqueda suponga que queremos encontrar según nuestras preferencias.
Esto va generando una burbuja a medida que no nos permite ver el todo sino una
realidad cada vez mas parcializada en función a lo que queremos ver (con base
solo en lo que nos muestran). Por ejemplo dos navegantes que busquen estadios
de fútbol en capital federal pueden obtener deferentes resultados por ser uno
de River Plate y
el otro de Boca Juniors aunque no lo hubieran manifestado en la
búsqueda.Tanta personalización puede dejar afuera información importante. Todas
las personas tenemos derecho a todos los contenidos de los medios masivos. Y
esta posibilidad que se abre en función a obtener solo lo que creo necesitar
puede ser tendenciosa. En lugar de ver el todo y decidir estoy decidiendo sobre
información que fue generada en función a los clic en ''me gusta" o a los
condicionantes tomados como validos por Google.
Por otro lado
la publicidad ofrecida por sitios gratuitos generalmente tiene que ver con
modelos de negocios que permiten segmentar a los usuarios para ofrecerles
únicamente lo que es de su interés. La tecnología permite la rápida recolección
de datos de los usuarios para el posterior marketing dirigido y la
potencialidad de Internet permite que el gran caudal de datos obtenidos se
genere de forma casi natural.
En general los
internautas no somos consientes de estas reglas del juego y permanentemente
aportamos pistas sobre quienes somos. Por otro lado cuando nos registramos a un
nuevo sitio nos informan sobre el tratamiento de nuestros datos pero no nos
tomamos el tiempo de leerlo e interpretarlo y simplemente hacemos uso del
sitio. Adicionalmente los sitios van cambiando los términos y condiciones con
el correr del tiempo y generalmente los usuarios no son informados de estos
cambios y por lo tanto no saben a ciencia cierta que sucede con los datos
aportados. Sumando a esto la facilidad para compartir información genera un
riesgo permanente sobre el uso y abuso de los datos que por otro lado el
navegante considera mantener en privado. Esta situación deja al descubierto el
desconocimiento que se tiene sobre la seguridad digital y los derechos reales
con los que cuenta un navegante. La defensa de la privacidad es un problema
social que debe ser tratado en su conjunto y no en forma individual. Es
necesario que los gobiernos generen un marco regulatorio global para que la
solución sea efectiva. No puede dar soluciones sostenibles una legislación por
región siendo que Internet es una solución global que no tiene fronteras.
Tenemos derecho a preservar nuestra privacidad tanto en el mundo físico como en
el digital. Y mas allá de las distracciones de los navegantes no todas las
empresas con presencia digital son igual de claras al momento de plasmar por
escrito las reglas de juego dentro de sus sitios.
Navegar en un mundo a medida puede ser una
trampa
Cuando navego
por internet y leo que toda la publicidad ofrecida está relacionada con las
búsquedas que hice en los últimos días me cuestiono sobre cuál fue la palabra
clave que impulsó al motor del buscador a ofrecerme alternativas a mi medida.
Si bien soy consciente que todos mis dispositivos han generado tamaña cantidad
de información sobre mí y se han garantizado de enviarla a través de la Web
esta situación me genera cierto temor porque es algo que realmente no puedo
controlar. Las reglas de juego poco claras sobre cómo se generan y como son
utilizados los datos personales es un tema que me preocupa de sobremanera. Pero
hay un tema fundamental que viene a consecuencia de lo anterior. Cada uno de
los navegantes vamos creando una burbuja propietaria. Algo así como un mundo a
medida. Y si bien esta situación pareciera a primera vista ser algo realmente
confortable lo que realmente sucede es que empobrece la perspectiva. Ofrece
solo lo que nos interesa ocultando la riqueza infinita y la variedad de cosas
que existen en el mundo. Es como si solo supiera sumar y la web me ofreciera
siempre procedimientos correctos y mejores prácticas para realizar sumas, pero
nunca me enterara que existe la operación resta, la multiplicación o la
división, entre otros ejemplos matemáticos.
Vivimos en un
mundo paralelo con soluciones a nuestra medida. No tenemos posibilidad de
cuestionar y tampoco sabemos realmente como funciona todo. El método no es
cuestionado y tampoco es cuestionado quien filtra para brindarnos el mundo
perfecto a nuestra medida. Simplemente vamos usando y desechando herramientas
que se nos presentan en el entorno digital mientras vamos dejando nuestros
pequeños rastros.
Un periódico de
hoyes una página web impresa. Pero cuidado. El periódico trae información que
es general para todo el público lector. La opinión pública se va formando en
función a que leemos el todo y vamos sacando conclusiones. La página web cada
vez es más restrictiva porque en general nos muestra solo lo que queremos
encontrar ocultando el todo.
La vida social
ha cambiado. Las relaciones se vieron modificadas en función a los avances
tecnológicos. De hecho viejas estructuras diseñadas para otros tiempos van a
tener que ser modificadas y actualizadas a estos tiempos o verán surgir
rápidamente otras que las suplan. Los partidos políticos o la forma de hacer
política en general, los sindicatos y la escuela en todos sus niveles son
interfaces que deben ser
actualizadas.
Estamos en
presencia de un gran cambio. El ecosistema estaba en equilibrio y nuevas
especies fueron apareciendo. Si nos quedamos quietos nos comen. Entonces
deberemos movernos rápido. Adaptándonos al nuevo ecosistema. Compartiendo
nuestro lugar. Habiéndoles a chicos que pueden no entendernos porque nacieron
con la tecnología misma. Con muchas pantallas o muchas ventanas dentro de la
misma pantalla. Hasta la televisión ha cambiado. Y sin llegar a ser del todo
interactiva se parece más a un video juego que al concepto clásico de
televisión. O el diario físico que ha sido modificado para que el ojo humano
vaya saltando como si estuviera recorriendo una página web dentro de la
computadora.
Con el
nacimiento de la Web también llegaron las estimaciones. Y a mediado de los años
90 éramos muchos los que
pensábamos que la Web era un medio de comunicación más. Pero poco a poco sus
características demostraron que no era así. De hecho la radio y la televisión
cambiaron la vida cotidiana de las personas pero no de la misma forma que lo ha
hecho la Web. La vida social fue modificada a partir del nacimiento de la web.
Pero hay algo más. Antes, a través de los medios de comunicación tradicionales
todos veíamos o escuchábamos la misma información. Esto significaba que todos
teníamos a disposición la misma información al mismo tiempo. Pero a partir del
nacimiento de las redes el consumo de información fue modificado. Ahora cada
uno dispone de información en función a lo que le muestran. Porque no a todos
nos llega la misma información. El consumo de información es ahora asincrónico
y diversificado. Esto significa, entre otras cosas, que si estamos utilizando
un buscador en la web y buscamos la frase "equipos de fútbol" vamos a
obtener información diferente de la persona que tenemos al lado buscando la
misma frase en un buscador web con su dispositivo. Y esto sucede porque ambos
consumimos productos diferentes y tenemos gustos diferentes. Y el buscador lo
sabe. Esto forma lo que comúnmente se llama "burbuja". Si, es una
burbuja personalizada. Es mi burbuja y tiene solo el contenido de lo que
necesito. De hecho el servicio que presta pareciera ser mejor porque se adapta
a mis necesidades. Pero lo que sucede realmente es que se pierde el concepto
de lo masivo. El ver el todo. El analizar el concepto global tomando lo que
considero oportuno o importante en ese momento. De la forma planteada, tan a
medida, se pierde el concepto de la gran dimensión, de toda la información. Y
solo cuento, como punto de partida, con información que algo o alguien creyó
conveniente para mí.
Si bien los
medios actuales están evolucionando nadie puede precisar en forma cierta hacia
donde están evolucionando. Hoy se habla de tendencias. Y esto tiene que ver con
el análisis de la información que circula por la Web. Lo que busca gente. Los
sitios de mayor interés. Las páginas más visitadas. El video más difundido. La
palabra más buscada. Todos estos son ejemplos de tendencias o temas de interés
del momento. Y van cambiando permanentemente.
Existen
programas de computación que permiten analizar están tendencias. Tanto las más
difundidas como las menos difundidas. Como ejemplo, un simple mensaje en Twitter
puede ser generador de
un potencial movimiento social si es captado y seguido por muchas personas.
Pero también hay que ser realista sabiendo que existen tendencias digitadas.
Con esto quiero ejemplificar que no siempre el video que tiene muchos "me
gusta" puede ser el resultado de mucha gente a la que le gusta. Esto
sucede porque hay modelos de negocio donde las empresas permiten que los
usuarios paguen para lograr popularidad de sus conté- nidos. Y esto trae
aparejado que la popularidad de un contenido no sea real sino que sea producto
de una campaña estratégicamente armada y paga. Es en este momento donde tenemos
que rever los conceptos tradicionales de las viejas teorías de la comunicación.
La Web nos
ofrece servicios. Y nosotros los pagamos con nuestros datos personales y con
nuestra atención dentro de cada sitio. Todos disputan nuestra permanencia.
Hasta los sitios que originalmente nacieron con una concepción diferente.
En el modelo de
negocio actual de Facebook es necesario que el usuario tenga sus datos
actualizados, la mayor cantidad de contactos y el máximo tiempo de permanencia
dentro del sitio. Por este motivo Facebook sabe muchísimo sobre cada usuario.
No solo sus datos sino donde viaja o quiénes son sus amigos, entre otros.
El modelo de
negocio de Google fue mutando. Antes el foco estaba plenamente orientado a que
la búsqueda sea lo más rápida posible. De hecho podría analizarse que si luego
de utilizar el buscador regresamos a la misma página a realizar otra búsqueda
parecería que el buscador no resolvió correctamente lo que necesitábamos. Con
el correr del tiempo el buscador fue trabajando más rápido y resolviendo las
búsquedas de una forma casi personalizada. Pero esto trajo aparejado otro
modelo de negocio que tiene que ver con la permanencia dentro del sitio. Para
esto tuvo que trabajar en la generación de nuevos desarrollos o iniciativas
tales como Gmail, calendario, fotos y otros, focalizados plenamente en la
permanencia del visitante.
El negocio reside en nuestra permanencia dentro del
sitio. Todos quieren que nos quedemos dentro. Cuanto más tiempo estamos más
información generamos. Como si entregáramos nuestra información personal a
cambio de servicios. Y es así de claro: pagamos con nuestros datos y nuestra
atención. Y no todos somos consientes de este acuerdo.
1 Explicá a qué se refiere el autor cuando habla de “Modelo
de negocios”. Explicalos.
2 El autor menciona que “Estamos en presencia de un
gran cambio”. ¿A qué se refiere?
3 Explicá que sucede con la información que uno va a
generando cuando navega por Internet. ¿De qué modo se utiliza esa información?