domingo, 11 de septiembre de 2011

LA EXPANSIÓN EUROPEA: EXPLORAR, DESCUBRIR, CONQUISTAR


LA EXPANSIÓN EUROPEA: EXPLORAR, DESCUBRIR, CONQUISTARLA EXPANSIÓN EUROPEA: EXPLORAR, DESCUBRIR, CONQUISTAR

OBJETIVOS DEL TRABAJO

Durante el proceso de expansión de los siglos XV y XVI, los europeos tomaron contacto con realidades geográficas y culturales hasta entonces desconocidas.
Las fuentes que se presentan tienen como objetivo dar información so­bre esa expansión y, en particular, sobre las diferentes etapas en que se de­sarrolló.
Aunque a primera vista explorar, descubrir y conquistar parezcan accio­nes equivalentes, ellas permiten identificar tres etapas distintas del proceso de expansión europea. Conocer las características de cada una de ellas te permitirá comprender mejor el proceso histórico que vivieron los europeos en los siglos XV y XVI y que originó la formación de una economía-mundo.

PLAN DE TRABAJO

1. Dibujen un esquema en el que se representen las distintas zonas comerciales (europeas y extraeuropeas) del nuevo mercado mundial, la producción de cada zona y los productos intercambiados entre cada una de ellas.

2. Respondé:

a ¿La expansión ultramarina europea del siglo XVI puede ser considerada como el primer proceso de globalización económica?
b ¿Todos los habitantes del globo se pusieron efectivamente en contacto?
c ¿Qué similitudes y diferencias encuentran con el proceso de globalización económica actual?

3. Teniendo en cuenta las definiciones dadas en la fuente 1, identifica en qué etapas del proceso de expansión se puede ubicar cada una de las situa­ciones que narran las demás fuentes.

3. Señala en las fuentes los fragmentos que se relacionan con los siguientes temas desarrollados en el texto sobre UN MERCADO MUNDIAL y una ECONOMÍA-MUNDO:

· las nuevas rutas comerciales;
· la participación de las monarquías en los viajes de exploración y des­cubrimiento;
· la rivalidad entre España y Portugal;
· la participación de los burgueses en los viajes de exploración y descu­brimiento;
· el impacto de los descubrimientos geográficos en los hombres euro­peos.

4. Responde la siguiente pregunta: ¿qué relación te parece que existió entre conquistar, descubrir y explorar?

3. ¿Qué aspectos de la formación de la economía-mundo describen las fuentes? En tu respuesta tené en cuenta los mundos aislados mencionados los viajes que los pusieron en contacto.

TÉCNICAS DE TRABAJO

ORIENTACIONES PARA EXTRAER INFORMACIÓN DE DOCUMENTOS ESCRITOS

El historiador que estudia el pasa­do obtiene información a partir de diferentes tipos de fuentes. Las fuentes primarias son los testimo­nios dejados por los contemporá­neos a los hechos estudiados, que el historiador consulta. Desde que los hombres inventaron la escritu­ra, los documentos escritos son una de las formas más importan­tes en las que han llegado hasta nosotros esos testimonios. Por eso, en los trabajos de investiga­ción, deberás analizar, sobre to­do, documentos escritos. Para extraer información de estas fuentes primarias, es necesario hacerles preguntas. Los documen­tos responden a las preguntas que les hace el historiador y que son de interés para el tema que está estudiando. Un mismo docu­mento puede responder a muy di­ferentes preguntas. En este libro los documentos es­critos te permitirán confrontar muchas de las afirmaciones realzadas en el texto, con los testimonios de los hombres contemporá­neos del proceso estudiado.

UN MERCADO MUNDIAL

La expansión marítima europea, el descubrimiento de nue­vas tierras y los adelantos en las técnicas de navegación pusieron en contacto distintos continentes y provocaron que las econo­mías de las diversas regiones fueran vinculándose, lentamente, en forma cada vez más estrecha. Así, poco a poco, el mercado disponible para los intercambios mercantiles se expandió por to­do el globo terrestre. En este mercado mundial, cada zona se es­pecializó en la producción de algunos bienes que eran intercam­biados por los comerciantes europeos. América, por ejemplo, se especializó en la producción de metales preciosos que eran uti­lizados por los europeos como moneda. En el interior de Europa, la zona oriental se dedicó a la producción de ganado y, funda­mentalmente, de cereales que, trasladados desde el mar Báltico a los puertos del Atlántico, eran consumidos por la población de las ciudades de Europa occidental. Estas últimas, por su parte, se fueron especializando en la-producción de manufacturas, sobre todo textiles, y en las actividades mercantiles y financieras. La zona del Mediterráneo, que hasta ese momento constituía el nú­cleo más dinámico del comercio europeo, continuó produciendo vinos, cereales, aceites, sal, manufacturas textiles de lujo, pero lentamente fue perdiendo importancia como centro de inter­cambios frente a los países del norte de Europa.
Fuera de Europa, el impacto de la expansión europea fue diferen­te en cada zona. En Oriente, el contacto con los mercaderes europeos no afectó la organización económica ni política de los Estados exis­tentes. Por el contrario, en América, la extracción de metales preciosos y el desarrollo de la actividad comercial provocó la destrucción de las culturas originarias. En África, la extracción de oro y la captura de na­tivos que luego eran vendidos como esclavos tuvo un fuerte impacto negativo entre los pueblos aborígenes.
Hacia fines del siglo XVI, holandeses, ingleses, franceses, dane­ses, suecos y alemanes se instalaron en distintas regiones de Amé­rica, África y Asia. Los nuevos colonizadores crearon compañías comerciales que contaron con el apoyo de los respectivos Estados europeos y a través de ellas organizaron y explotaron los mercados coloniales. Cada Estado europeo buscó explotar una zona determi­nada y las rutas que conducían hasta allí. Los territorios controla­dos fueron denominados colonias y el país que los controlaba fue considerado su metrópoli. En los primeros tiempos, las colonias sólo podían comerciar con sus respectivas metrópolis.

¿Qué es una economía-mundo?

La expansión europea de los siglos XV y XVI llevó a la formación de una eco­nomía-mundo. Por primera vez en la historia se ponían en contacto todos los continentes. Regiones del planeta que nunca se habían conectado o que lo habían hecho de manera casual o discontinua comenzaron a establecer vín­culos más permanentes. La fuerza que impulsó esta integración fue la búsqueda de nuevas rutas comerciales por parte de los europeos. Estas empresas, surgidas del interés particular de grupos de comerciantes, contaron con el apoyo de los Estados.
La formación de una economía-mundo no debe hacernos pensar en que se produjo una integración económica entre todas las regiones del planeta. Por el contrario, cada Estado trataba de manejar con exclusividad las rutas comerciales, evitando la presencia de competidores. De este modo, se fueron < formando espacios económicos cerrados. En cada uno de ellos, una potencia comercial europea actuaba como el centro organizador de ese espacio. Las regiones de África, Asia o América que se incorporaban a esas rutas comer­ciales se convertían en periferias de esos centros.
Hasta el siglo XV, el planeta estaba habitado por grupos humanos que vivían separados unos de otros por barreras naturales que no podían superar, como mares, océanos, montañas o desiertos. Las rutas comerciales que establecieron los europeos occidentales permitieron integrar progresivamente a esos pueblos en una economía-mundo.

FUENTES

Fuente I.

Según el diccionario de la Lengua Española de la Real Academia Española (vigésima edición, 1984), el significado de los tres verbos es el si­guiente:
Explorar: (tomado del latín explorare) observar, examinar, practicar un reco­nocimiento.
Descubrir: (tomado del latín discooperire) hacer evidente; hallar lo que esta­ba ignorado o escondido.
Conquistar: (tomado del latín conquistare) ganar, mediante acción de gue­rra, un territorio, población, posición.

Fuente 2.

"Joao Gonçalves Zarco y Tristao Vaz Teixeira, dos navegantes que habían salido por indicaciones de don Enrique en el primero de sus impulsos poco menos que locos, fueron desviados de las costas africanas, y en su ca­mino encontraron la isla que recibió el nombre de Porto Santo. [...]. Con el descubrimiento de Porto Santo [...] todos los auxiliares y agentes del príncipe se agitaron. Partió una nueva expedición. [...]. Mirando hacia el sur, los pobladores de Porto Santo descubrieron a lo lejos una neblina que no se apartaba de cierto punto del horizonte. Allí había tierra. Y la buscaron. Era otra isla. [...]. Era una nueva realidad geográfica: era un espesísimo bosque de cedros rodeado de un vergel: era la isla de Madeira. [...]. Madeira llegó a ser el encanto de don Enrique y la delicia de Portugal. Llegaban los vinos de Ma­deira a las mesas de la aristocracia. Empezó una transformación en las cos­tumbres, porque con esos vinos llegaba una novedad culinaria: las confituras. Antes, el sobrio portugués bebía vino recio de la tierra y para el postre se contentaba con las frutas de sus huertos. Pero el azúcar de las islas necesita­ba aplicación industrial y fue empleado en conservas."
(Carlos Pereyra: La conquista de las rutas oceánicas, Editorial Porrúa, Méxi­co, 1986. Págs. 8-10).

Fuente 3.

"Los reyes tenían sobre los hombros el sitio de Málaga. Después empezó la campaña de Valencia. Y llegó el momento final de la lucha: el cer­co y la toma de Granada. Hasta entonces todo había sido promesas por una parte y esperanzas por la otra. Pero se cumplió el plazo decisivo. Colón esta­ba ante la mesa donde habrían de firmarse las capitulaciones. Pedía lo mis­mo que había pedido antes en Portugal y que don Juan II rechazó con un mo­nosílabo concluyente. Colón imponía como condición precisa que se le diese el almirantazgo perpetuo del mar Océano, para su vida y después para la de todos sus herederos y sucesores. Debía dársele además virreinato y goberna­ción de todas las islas y tierras firmes [...]. De todas las mercaderías, tales co­mo oro, plata, perlas, piedras preciosas y especiería [...] correspondería un dé­cimo al almirante, virrey y gobernador. [...]".
(ídem anterior, páginas 59-60).

Fuente 4.

"No hubo necesidad de que la reina se privase de joya alguna pa­ra armar las naves de Colón. Luis de Santángel prestó los fondos necesarios. Pero parece que no los dio de su fortuna particular. Santángel era funcionario de la Corona de Aragón, y el descubrimiento iba a hacerse por cuenta y ries­go de la Corona de Castilla. El agente de la corona rica auxiliaba a la corona pobre. [...] Pero debe advertirse que Luis de Santángel era más rico que la ri­ca corona. [...] Santángel llevaba su tesoro en la sangre. Tenía la habilidad de cobrar intereses sobre el dinero que prestaba [...]".
(ídem anterior, página 61).

Fuente 5.

"Existía la certidumbre de las islas oceánicas. Diariamente se acercaban a Colón personas que le animaban y que confirmaban los funda­mentos de su empresa. Uno de los testimonios más interesantes es el de Arias Pérez, el hijo de Martín Alonso Pinzón. Arias Pérez se expresaba dicien­do: "que estaba este testigo en Roma, con mercadería de su padre, y que ese año su padre fue a Roma y que estando un día en la biblioteca del Papo gracias a que era conocido de un gran cosmógrafo familiar del Papa, el cos­mógrafo le enseñó mapas del mundo. Allí, este testigo y su padre fueron in­formados de las tierras que estaban por descubrir; y el cosmógrafo le alo a Martín Alonso una escritura de la biblioteca del Papa Inocencio VIII que era de algún mapa de los centenares que había. [...]".
(ídem anterior, página 65).

Fuente 6.

Algunas de las peripecias de la primera expedición al Oriente se conocen según el Roteiro da viagem que em descubrimiento da Inda pelo Cabo de Boa-Esperança fez dom Vasco da Gama en 1497. "Un sábado, que fue 8 de junio, los expedicionarios perdieron de vista la capilla de Rastello, último punto de tierra firme portuguesa. Cinco mortales meses tardaran los navíos en llegar a las tierras meridionales ce. continente africano y arribaron a la bahía de Santa Elena. [...] Vasco da Gama saltó a tierra para tomar la altura del Sol. Porque como el uso del astrolabio para la navegación hacia poco tiempo que se aprovechaba, los marinos de este reino no confiaban mucho en su operación cuando la ejecutaban a bordo por causa del movi­miento. El 9 de noviembre de 1497 marcaron la posición del lugar en el ma­pamundi: la bahía de Santa Elena, o los 33 grados de latitud sur. Éste era el último punto de la costa africana hasta donde habían llegado los portugue­ses. De allí en adelante todo iba a ser nuevo. [...].
Gama logró salvar el temible Cabo, sobreponiéndose al enloquecimiento de las agujas de la brújula. Después, siguiendo la costa oriental de África, llegó a Melinde [...]. Allí, el navegante portugués o, lo que es igual Europa, se puso en manos del arte de los orientales, para que la experiencia de los árabes diri­giese a los exploradores que intentaban por primera vez atravesar el mar In­dico, llegando a Calicut bajo el soplo seguro del Monzón.
(ídem anterior, páginas 90-92).

Fuente 7.

"En 1500 Alvares Cabral partió de Lisboa para la India y llegó an­tes al Brasil. ¿Casualidad o designio? Dicen algunos escritores portugueses que en la corte de don Juan II se tenía conocimiento positivo de la existencia de tierras oceánicas situadas dentro de la zona de ampliación (a la establecida por el tratado de Tordesillas) pedida y conseguida. [...] La navegación a vela se hace en zigzag. Y la de Europa al extremo sur del África -sobre todo la que tenía por objetivo dar vuelta el Cabo de Buena Esperanza- trazaba ese zigzag sobre un arco que era tanto más ventajoso cuanto más se alargaba la flecha que lo separaba de las costas africanas. El navegante portugués nece­sitaba espacio en el Atlántico central y meridional para poder maniobrar. (Por esto, las tierras de Brasil aparecieron en el camino de Portugal hacia la India).
(ídem anterior, páginas 93-94).

Fuente 8.

"La fama de Américo Vespucio viene de su tercer viaje (que se inició el 14 de mayo de 1501 [...]. La flota de Vespucio encontró a la que re­gresaba de la India, trayendo diamantes, perlas y rubíes, pero sobre todo car­gada de canela, jenjibre, pimienta, clavo, nuez moscada, [...] mirra, sándalo y alcanfor. Pero los dos viajes realizados a la India por Gama y Cabra! por la ruta del cabo de Buena Esperanza encerraban dificultades enormes. Era un rodeo costoso y sembrado de peligros. La verdadera ruta debía practicarse por el occidente, como la había buscado Colón. Pero la división oceánica en­tre los dominios portugueses y castellanos, dejaba como único recurso buscar hacia el sur un paso libre hacia el hemisferio portugués. [...]. Los exploradores vespucianos recorrieron las costas regadas por el Orinoco y el Amazonas y el Io de enero (de 1502) llegaron a una bahía que era la más hermosa del mundo, y creyendo que en ella desembocaba un río, por eso y por la fecha, la llamaron bahía de Río Janeiro. Siguieron por la costa adelante, pero como el continente se inclinaba hacia el sudoeste y era preci­so no entrar en los dominios de España, se dirigieron al sudeste. El 7 de abril volvieron a ver tierra: tal vez alguna Isla de las hoy llamadas Malvinas o Geor­gias, a más de 50 grados de latitud sur. En el viaje de regreso, el 10 de mayo llegaron a Sierra Leona y el 7 de setiembre a Lisboa."
(ídem anterior, páginas 100-101).

Fuente 9.

El tercer viaje de Américo Vespucio cambiaba todas las nociones de la geografía tradicional. Colón afirmaba empeñosamente que el mundo es poco; que ¡a distancia entre el occidente de Europa y el oriente de Asia no era tan grande como se creía. Vespucio, al contrario, demostraba que el mun­do es grande, y que fuera de lo conocido existía una tierra del todo ignorada. [...].
Después del primer viaje, el Almirante, en una carta, confirmaba la existencia de islas fantásticas y prometía obtener de ellas, en poco tiempo, abundantes cantidades de oro, aromas, algodón, y muchos esclavos para el servicio de la marina. El descubrimiento de Colón, como él lo presentaba, no cambiaba los conocimientos tradicionales. Mientras que el de Vespucio presentaba un Mundo Nuevo, desconocido por los antiguos, aunque anunciado insistente­mente bajo formas irreales. Vespucio afirmó: "Al sur de la línea equinoccial, en donde los antiguos declararon que no había continente, sino un solo mar llamado Atlántico [...], yo he encontrado países más templados y amenos, de mayor población que cuantos conocemos. Es la Cuarta parte de la tierra."
(ídem anterior, páginas. 101-102).

Fuente 10.

"Llegaron (las naves de Colón) a una isla que se llamaba en len­gua de los indios Guanahaní. Luego vieron gente desnuda, y el Almirante salió a tierra en la barca armada, y Martín Alonso Pinzón y Vicente Yáñez, su her­mano, que era capitán de la Niña. Sacó el Almirante la bandera real [...]. Puestos en tierra, vieron árboles muy verdes y agua y muchas frutas diversas.
"El Almirante llamó a los dos capitanes y a los demás que saltaron a tierra, y al escribano de la armada, y dijo que diesen fe y testimonio cómo él por ante todos tomaba, como de hecho tomó, posesión de la dicha isla por el Rey y por la Reina, sus Señores, haciendo las protestaciones que se requerían, como más largo se contiene en los testimonios que allí se hicieron por escrito.
(Diario de Viaje de Cristóbal Colon).

Fuente 11.

"Así pues, todas las islas y tierras continentales encontradas o por encontrar, descubiertas o por descubrir, más allá de esa línea hacia el ponien­te y el sur [...], si son alguna vez encontradas por vuestros enviados y capita­nes, Nos (el Papa Alejandro VI), con la autoridad de la Omnipotencia Divina y por la potestad que tenemos sobre la tierra como representante de Jesucristo, [...], os damos, concedemos y asignamos, para vosotros y vuestros herederos y sucesores los Reyes de Castilla y de León, todas esas tierras con sus dominios, ciudades, fortalezas, villas y lugares, con toda la libre, plena y omnímoda po­testad, autoridad y jurisdicción que corresponda [...]."
(Bula Inter caetera del 3 de mayo de 1493, expedida por el papa Alejandro VI).

Fuente 12.

Juan Maior, escocés y profesor de la Universidad de París, en 1510, aceptó la explicación geográfica sobre el origen de la barbarie y en re­lación con los aborígenes del Nuevo Mundo afirmó: "Aquel pueblo vive bestialmente. Ya Tolomeo dijo que a uno y otro lado del ecuador, y bajo los palos, viven hombres salvajes: es precisamente lo que la experiencia ha confirmado. De donde el primero en ocupar aquellas tierras puede en derecho gobernar las gentes que las habitan, pues son de naturaleza siervos, como está claro."
(Tomado de Silvio Zabala, Filosofía de la Conquista).

Fuente 13.

En 1512 se reunió la Junta de Burgos. En ella, por orden de la corona española, teólogos y juristas debatieron sobre la conquista y el gobier­no de las Indias. Juan López de Palacios Rubios escribió entonces: "El domi­nar y el servir son cosas necesarias y útiles. La naturaleza no hace faltar lo necesario. Unos hombres aventajan tanto a otros en inteligencia y capacidad que no parecen sino nacidos para el mando y la dominación, mientras que otros son tan toscos y obtusos por naturaleza que parecen destinados a obe­decer y servir. Desde el momento mismo en que fueron engendrados, los unos son señores y los otros siervos."
(ídem anterior).

Fuente 14.

El poeta portugués Luis de Camoens, en 1572, escribió Os Lu-siadas. En esta obra se narra el viaje de Vasco da Gama a la India y la acción heroica de los marinos portugueses. "Verás cómo un puñado de valientes se sostiene a todo trance en la fortaleza de Cananor, verás luego rendida a la opulenta y populosa Calicut (Calcuta) [...] Verás entonces cómo hierve el mar con los incendios causados por los tuyos, quienes reducirán a cautiverio a mo­ros e idólatras, triunfarán sobre diferentes naciones, navegarán hasta la China, y después de conquistar las islas más remotas de Oriente quedará todo el océano sometido a su imperio."
(Luis de Camoens, Os Lusiadas).